jueves, 12 de marzo de 2015

Nagoro: el escalofriante pueblo japonés repleto de muñecos

Imagina un lugar en el que vas paseando y parece que haya personas, pero realmente son maniquíes y muñecos. Un lugar donde hay más muñecos que personas... un poco siniestro aunque muy original y que puede que parezca que ha salido de una película de terror... ¿Interesante, verdad?




Así es Nagoro, un pueblo ubicado en los valles ocultos de Shikoku en Japón. Su ubicación remota ha llevado a sus habitantes a salir a las grandes ciudades en busca de trabajo. Con ni siquiera una tienda local en el pueblo, existen pocas razones para la inmigración, así que si los residentes mueren no queda nadie para que les sepulten. Nagoro se ha ido reduciendo lentamente.


-Ahora sabremos a qué se debe que hayan tantos muñecos...




Antes en Nagoro vivían cientos de familias, ahora solamente quedan 35 personas en la aldea. Son superadas en una proporción de 3 a 1 por los maniquíes que fabrica Tsukimi Ayano para ayudar a llenar sus días y sustituir a los vecinos que murieron o se mudaron del pueblo.




"Traen recuerdos" -dijo Ayano de las muñecas a tamaño natural que llenan los rincones de su granja, apoyadas contra cercas y árboles, reunidas en un puesto, la parada de autobús o en cualquier lugar donde una persona real podría detenerse a descansar.




"Esa anciana solía venir y charlar y beber té. A ese anciano le encantaba beber sake y contar historias. Me recuerdan a los viejos tiempos, cuando aún estaban vivos y bien" -dijo Ayano.





Tsukimi descubrió su arte casi por accidente: Cuando las semillas que plantó no crecieron, se decidió construir un espantapájaros semejante a su padre. Fue entonces cuando cayó en la idea de recrear el pueblo que una vez conoció.




Más de 10.000 pueblos y aldeas de Japón están despoblados, con viviendas e infraestructuras que se desmoronan conforme el campo se vacía ante la caída de la natalidad y el rápido envejecimiento de la población. Primero se acaban los empleos. Después las escuelas. En algún momento, los contadores de electricidad se detienen...




Esta escuela local una vez estuvo llena de niños y maestros. Ahora alberga docenas de muñecos sentados esperando que la clase comience




Las comunidades locales están probando varias estrategias para atraer vecinos jóvenes que reviertan o al menos retrasen su declive. 




Nagoro, como otros miles de comunidades, se está convirtiendo en un pueblo fantasma, o en el mejor de los casos, en un museo al aire libre congelado en el tiempo.




¿QUÉ OS HA PARECIDO NAGORO?
¿LO VISITARÍAIS?



SALUDOS AMIGOS OTAKUS! ^_^



[Imágenes seleccionadas de Google]

2 comentarios:

  1. Me encantaría ir, staph.

    Lo tomo más como un museo al aire libre.

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    Respuestas
    1. A mí también me encantaría! Estaría un mes entero solamente visitando pueblos, islas y ciudades de Japón, sería toda una aventura! Algún día espero poder lograrlo ;) saludos!!!

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